lunes, 24 de noviembre de 2008

Y el escultor es... Benjamín Saúl



Cuando publiqué La Suprema en Segunda no me atreví a poner que la escultura monumental alusiva a la justicia era de Prats-Ventós, a pesar de que Cuqui Batista lo afirmaba (La Suprema en las anécdotas de Cuqui). La razón es que en ese momento no logré descifrar las incisiones de la firma del autor y tampoco se parecía a la de Prats-Ventós.

Hablando del asunto con el arquitecto Juan Ramón Fiallo Prota, éste me comentó que se trataba de un español y que fue el mismo que hizo La Nutricia del Alma Mater de la UASD. Hace unos días Juan Ramón me hizo llegar un texto sobre el verdadero autor: Benjamín Saúl (España, 1924 - El Salvador, 1980). Aproveché un paseo en bici con Felipe (Branagan) y confirmé que en efecto la firma es B SAUL. Su foto al pie de la escultura así lo confirma. Después localicé datos e imágenes adicionales en la web.

A Benjamín Saúl, un gallego nacido en Monforte de Lemos, lo trajeron a Santo Domingo (1955-1960) contratado para realizar doce esculturas monumentales para la dictadura. Por lo menos hizo la Madre Nutricia del Alma Mater (Ruiz Castillo, de Segonzac y Dupré, 1955), los relieves de la Secretaría de Educación (Caro Álvarez, 1955), la Suprema Corte de Justicia (Cuqui Batista, 1958), y afirman que también los leones del Palacio Nacional.

De 1960 al 1963, vivió en Italia, Francia y España. En 1963, el embajador salvadoreño en España lo llevó a El Salvador con la idea de construir un Cristo Monumental en el volcán Quezaltepec. Nunca llegó a realizarse. Allí se casó con Esther Méndez de Anargyros, su viuda, quien posee la mayoría de sus esculturas figurativas de pequeño formato. Su vida y obra en El Salvador dejaron una profunda huella.

Lo comento ahora sólo para que se tome nota del verdadero autor de la escultura de la Suprema y para que Cuqui pueda ajustar sus recuerdos.

Esculturas en bronce

Escultura de Benjamín Saúl que estuvo en el jardín de la 
residencia del Ing. Alejandro Martínez, constructor de la Suprema.
Foto suministrada por su hijo Alejandro Manuel. Ver comentario.



Esculturas de Benjamín Saúl en Residencia Danilo Caro.
Ver comentario de Francisco Caro

Monumento al Mar. San Salvador

jueves, 20 de noviembre de 2008

9biasd y3. Un gran premio



Al talento de Holger Escoto Frías... hermano del alma.

La 9BIASD es lo que es: una fiesta de arquitectura. Y lo seguirá siendo. El invento, la osadía o el atrevimiento de Omar Rancier y Emilio Brea -con Nuevarquitectura- de hacer una Bienal de Arquitectura es una de esas ocurrencias que sin uno darse cuenta cambia el curso de una cultura profesional. Omar y Emilio son el origen y la credibilidad de las bienales de arquitectura. Cualquiera diría que soñaban con "pajaritos preñados". 

En la 9BIASD la participación de proyectos profesionales y de grado es masiva, y el nivel de dedicación y esfuerzo de las confrontaciones, notable. De un modo u otro la bienal es un panorama y muestra el interés que la gente se está tomando con la arquitectura. Llevar la exhibición "de Gaudí a Calatrava" al Parque Independencia es un indicio de la importancia que tiene para los organizadores ponerla en contacto con la población o acercase a ella.

En lo que sí debe tener cuidado una bienal es que cuando elige un tema, por lo menos debe llevarse a cabo una exhibición alrededor de ello. “Hacia una Arquitectura Verde” puede ser muy hermoso y aspiracional, pero si la competencia va por el lado opuesto y nada alude a ello, queda en un profundo vacío. Lo confirma la falta de premios en ese renglón. Incluso algunos proyectos son desconcertantes. Pero eso parece inevitable.

En la 9BIASD se respira un espíritu joven que debería conectar mejor con la realidad y sacar a flote lo más valioso del contexto caribeño. Más contenido. La calidad de la arquitectura que debe presentarse en la Bienal es algo que a esta altura todavía resulta difícil asegurar, pero la capacidad de convocatoria e ilusión que crea sí que es significativa. Y siempre hay que garantizar un jurado imparcial, creíble y responsable. 

Cualquiera podría tener alguna objeción o reserva a uno que otro premio o mención. Pero un jurado tiene que enviar un mensaje de reconocimiento y estímulo al desarrollo de una cultura arquitectónica y ahora, más que nunca, lo ha hecho así. Ha distinguido a lo que considera más profesional y de mejor nivel. Aunque siempre se infiltra uno que otro. Eso también es verdad. Ahora, en lo que no puede equivocarse un jurado es en el Gran Premio Bienal sin correr el riesgo de desprestigiar la competencia.

El Gran Premio es a fin de cuentas el mensaje de más repercusión. Ningún premio ha causado un entusiasmo y estallido de alegría tan grande como el del "Centro Cultural Cofradía Espíritu Santo de los Congos de Villa Mella" de Juan Mubarak y Mauricia Domínguez. Ninguno. 

En mi primera visita a la exhibición hice un recorrido completo y disfruté de algunos proyectos y de varios trabajos de grado, pero cuando llegué al de Juan y Mauricia se me puso la carne de gallina. Pensé en lo que dijo José Saramago, presidente del jurado, cuando galardonó a Delirio de Laura Restrepo -Premio Alfaguara 2004- “...hay que quitarse el sombrero”. Es lo mejor que he visto en mucho tiempo, y marca un punto de inflexión hacia la búsqueda de una arquitectura con bagaje cultural e intelectual. Con el Gran Premio mi alegría se trasforma en euforia.

La arquitectura que se haga en el futuro debe tener una conexión real y efectiva con las aspiraciones dominicanas y entroncar con los sueños y anhelos de la sociedad. Me quedo con la denuncia y el reto que lanzó Lourdes (Camilo de Cuello) en su discurso inaugural: "Sigue habiendo “promiscuidad en el humilde aposento campesino” y ella se ha extendido a la periferia enorme de nuestras ciudades principales, donde a veces no se come ni siquiera por las noches, sin que a nadie se le hayan cortado los párpados por tanta iniquidad que compartimos." y concluye con su llamado: “Es tarea de arquitectos; no se hagan esperar”.

Si una bienal, como dicen, debe ser una fiesta, la 9BIASD lo ha logrado.  Y sólo eso es ya un gran premio.

Gran Premio Bienal (Mubarak y Domínguez)

Ver en PeNéLopE Los Premios de la Bienal

lunes, 17 de noviembre de 2008

9biasd 2. +Chile con fundamento



La exhibición de Chile en la 9BIASD es meritoria. Cuando una bienal, como la de Santo Domingo, toma la decisión de dedicarla a algún país espera que su invitado se lo tome en serio. Chile ha correspondido a esa dedicatoria y lo ha hecho con orgullo y respeto.

La arquitectura chilena reciente (2005-2008) ha dado un salto tremendo. Está conectada con su pasado moderno y mira al futuro desde las raíces de su historia en armonía con las particularidades de su territorio y de las tecnologías. Lo dice esta exposición de 22 obras seleccionadas.

El desarrollo urbano último, en cambio, es otra cosa. Santiago, por ejemplo, en vez de crecer apoyado en la ciudad tradicional europea, como Buenos Aires, lo ha hecho bajo la influencia norteamericana de ciudad desparramada, abrumada por elevados y expresos, socialmente polarizada. Santiago parece hoy una ciudad colonizada por el Tratado de Libre Comercio.

La muestra +chilearq es una historia diferente. Aunque tiene diversas tipologías, está dominada por las casas, a veces en paisajes insólitos. Refleja el logro de la correcta implantación en armonía con su sitio. De eso hay que aprender. De ese genius-loci, que tiene esta arquitectura chilena de hoy: un anhelo de permanencia a un lugar. Lo recalca el curador, Paulo Correa Labarca, en su introducción Chile-Arquitecturas del Paisaje "... más allá de destacar el talento de sus autores, se traspasa a un plano de enfrentamiento y trascendencia, la tarea de enaltecimiento de un lugar y una geografía".

La búsqueda de la espacialidad está en consonancia con las escalas, el paisaje y las tipologías. Radica en la esencia misma del contexto natural o urbano, y apunta, en la mayoría, a una abstracción subordinada a la simplicidad de las formas y los espacios. Una arquitectura con fundamento.

Así que la obra de un Mathias Klotz, o un Felipe Assadi ya no está sola. Comparten protagonismo con un sólido grupo que hace de la arquitectura chilena reciente un ejemplo y un modelo. Se destacan los jóvenes emergentes, Nicolás del Río y Max Núñez (dRN Arquitectos) con su Chalet c7, una metáfora del deseo y la supervivencia,  y Sebastián Irarrázaval, recordado por su propuesta para el Parque Enriquillo (Ideas Urbanas, Santo Domingo. 2002), con su Hotel Indigo Patagonia y su recién premiada casa a Pedro Lira (XVI Bienal de Santiago, 2008).

Chile ha correspondido a la invitación de la 9BIASD con una curaduría excelente y una museografía limpia, discreta, elegante, sobria e informativa. Como debe ser. Un goce para quien visite la bienal.

dRN arquitectos. Chalet c7. Portillo, Los Andes, V Región. Chile, 2008

Nota: Buena parte de las obras premiadas en la XVI Bienal de Santiago está en la muestra.

jueves, 13 de noviembre de 2008

9biasd 1. Billy al completo



La exposición homenaje a Billy Reid (Santiago, 1925) me interesa. Muestra la trayectoria de un arquitecto que ha puesto su vida y su pasión en ello, tanto como en sus crucifijos y bastones. Ha hecho su obra con una discreción que lo ha mantenido siempre lejos del pensamiento, la teoría y las posiciones ideológicas o gremiales. Se ha dedicado al oficio. Y ha disfrutado con ello.

Presentarlo en todas sus facetas creativas es una visión justa de una obra que va más allá de la sola arquitectura. La arquitectura de un hombre con una práctica tan dilatada no siempre es consistente. Tiene sus altas y bajas, y sus puntos culminantes, esos luceros que se destacan frente a lo que se hacía en su época. Y así habría que evaluar el trabajo de Billy.

En la muestra hay una etapa excepcionalmente buena. De absoluta vanguardia y de profundo enraizamiento local. Es la primera época y su sociedad con Nani Reyes (1924-1966). Su foto con Nani bajo la valla Reid y Reyes (1951-1956) es de antología. Las imágenes de ese período traslucen un frescor que llena de entusiasmo y que anuncian un potencial tremendo hacia la exploración de una arquitectura moderna de profundas raíces tropicales.

De su segunda firma, Reid Cabral, ahora sólo con su hermano Charlie, hay una residencia extraordinaria que construyó en La Julia. La foto, con un auto de la época, muestra su estructura caribeña ultramoderna como si fuera una imagen mítica del cine de ficción, esto junto a los dibujos constituyen un documento valioso. Esa casa la había atribuido Cuquito (Moré) a Nani o a Reid y Reyes (AAA08, 09.1998. Pag.98) y sucede que el diseño es posterior a la sociedad, tiene la firma de Billy y el sello Reid Cabral en los planos.

Desde la década de 1970, la obra de Billy toma otro rumbo; analizándola en su contexto histórico carece de esa fuerza arrolladora de su primera época, aunque muestra oficio. Aquí, el Chase original de la avenida Kennedy (1968) es un hito en su obra. Después está el trabajo en su última firma, William J. Reid Cabral, una obra mas bien de relevo generacional con su hijo Carlos.

El Billy de los bastones, de los crucifijos y de las esculturas... es otro Billy, aunque sea el mismo. Allí hay más pasión e intimismo. Su Homenaje a Calder (1972) es una pieza maravillosa y alude al escultor de los años 30, después que compartió con Piet Mondrian en su estudio de París (Calder: The Paris Years, 1926-1933).

Sobre la exhibición, aunque la puesta en escena es magnífica, hay algunas reservas. Quien visite la 9BIASD con interés en la arquitectura de Billy, observará que el montaje se concentra en la profusión de fotografías y que la curaduría deja de lado el valor documental y de investigación. Faltan dibujos originales, fechas precisas, clientes, socios, colaboradores y fichas técnicas; eso es lo que permite reconstruir la huella y la traza de Billy Reid, el arquitecto. Lo confirma la belleza primitiva de su dibujo “Weekend-House” (sin fecha).

Me interesa Billy. Algunos de sus edificios los he disfrutado y discutido con Felipe (Branagan) en nuestros frecuentes paseos en bici.

lunes, 10 de noviembre de 2008

THE WRITE STUFF

TUESDAY, AUGUST 26

link: Arquitectura en Bici
A blog that brings together two passions in the simplest, most direct and at the same time most complete way possible - as its title suggests: Arquitectura En Bici. Technical and linguistic barriers aside, it is a blog that covers the specificity of its topic by employing readily accessible language, which its author commands to perfection in describing buildings, just as much as coffees, patios, bicycles, friends and meals - often in the same post. All of the above in an exquisite fashion, por cierto.

Yet the strong point of Arquitectura En Bici, to this reader's modest and un-researched opinion, is the ability with which buildings are brought apart into their constitutive architectural elements, to show the beauty of some particular choice of style, material, or orientation.

Seen under this light buildings become books, and the author of 'Arquitectura' reads them to perfection. If buildings are books, then, they tell stories and are the permanent witnesses of history - the story of mankind. What wonders the mind and kidnaps the attention of the reader is the way in which history mixes with architecture, thus creating an intricate narrative of architectural styles, statesmen, folk culture, economic cycles, artistic patterns, political crises and the periods of restoration that follow them.

When buildings tell our history, its good to have someone listen to them and tell the rest of us about it. Now its happening here. Enjoy Arquitectura en Bici, those of you who are lucky enough to read the language properly. A link to it is now up in the column on the right hand side of your screen.
THE WRITE STUFF


Un blog que une dos pasiones de la manera más simple, directa y completa posible - como sugiere su nombre: Arquitectura en Bici. Dejando a un lado las barreras técnicas y lingüísticas, es un blog que que cubre lo específico de su tema con un lenguaje accessible, cuyo autor domina a la perfección para describir edificios como a amigos, cafés, bicicletas, patios o almuerzos - amenudo en el mismo “post”. Y todo lo anterior a manera exquisita, by the way.

Sin embargo, el punto fuerte de Arquitectura en Bici, a la opinión modesta y no especializada de este lector, es la habilidad con la que despieza los edificios en sus elementos arquitectónicos constitutivos para develar la belleza de una decisión particular de estilo, material u orientación.

Vistos bajo esta óptica, los edificios se convierten en libros que el autor de ‘Arquitectura’ lee a perfección. Si los edificios son libros, cuentan historias y son testigos permanentes de la historia, de la historia de la humanidad. Lo que maravilla la mente y captiva la atención del lector es la manera como se teje la historia con la arquitectura, creando una trama narrativa que une la arquitectura con los estadistas, la cultura popular, los ciclos económicos, patrones artísticos, crisis políticas y los períodos restauradores que le siguen.

Cuando los edificios narran nuestra historia, es bueno tener alguien que los escucha y nos cuenta a los demás. Esto ocurre aquí. Disfruten de Arquitectura en Bici, aquellos afortunados que leen el idioma apropiadamente. Un enlace está ahora disponible en la columna a la derecha de su pantalla.

THE WRITE STUFF

jueves, 6 de noviembre de 2008

El Estudio Ana María


La forma en que José A. Caro Álvarez (1910-1978) hizo arquitectura, siempre ha despertado mi curiosidad. Ningún arquitecto o arquitecta del país ha sido tan ecléctico como don José Antonio. Nadie. Ni siquiera Humberto Ruiz Castillo (1895-1966).

Si se examina su obra con detenimiento habría que pensar que su ideología consistía en adoptar una arquitectura para cada tipo de proyecto, programa o necesidad. Las residencias las hizo en neohispánico, para los comerciales usó el moderno y a veces el Art Deco, y en buena parte de las instituciones del Estado aplicó una especie de neoclasicismo. Entonces, habría que hablar de las arquitecturas de Caro Álvarez.

En los años 30 hizo la art deco Casa Plavime (1936) con Leo Pou Ricart (1905-1976), y la Panadería Quico (1938c), para su padre, una mezcla de art deco y protomoderno. Tres joyas modernas: el Cuartel de Bomberos (1944), la Facultad de Medicina (1944) y la tienda El Gallo (1950), todas en Santo Domingo. La Secretaría de Educación (1955) y el Banco Central (1956) son de corte neoclásico. Y sus muchas residencias exhiben un riguroso neohispánico, como su propia casa en la calle Los Pinos.

Como promotor del Movimiento Moderno europeo, Caro Álvarez se sentía cómodo y varias de sus obras se acercan más al manifiesto que a lo construido. Hay una, sin embargo, que siempre ha llamado mi atención y es el Estudio Ana María (Pasteur 251, Gazcue) en un depurado moderno, que para confirmar su eclecticismo está, sin ningún reparo, al lado de la residencia neohispánica que hizo para Francisco Caro, su padre, en la esquina de la avenida Bolívar.

El Ana María era un estudio fotográfico y galería de arte construido en los tempranos años 50, y donde se instaló la retratista y fotógrafa de sociales Ana María Schwartz (¿?-1985), una alemana nacida en Hamburgo que llegó en la década de 1940 y lo hizo para quedarse. Incluía la vivienda de la fotógrafa, independiente pero subordinada a la imagen y escala del estudio. Para don José Antonio una mujer con el talento y la sensibilidad de la Schwartz debía tener un estudio fotográfico que reflejara esas cualidades y, sin pensarlo dos veces, le echó mano a su afiliación moderna.

Lo más relevante del Estudio Ana María es esa fuerte imagen y su escala, a pesar de ser una obra pequeña. Un gran edificio de un piso, cuando en realidad tenía dos. La imagen la fortaleció con el letrero sobre el enorme muro, levemente girado, revestido de madera. Lo hizo elegante como si fuera un gran portal o una marquesina frente a la calle. Ese es el truco.

Quien ve ahora este edificio en manos de la creatividad de una agencia publicitaria, ni se imagina que es la misma obra que he admirado tanto. Cuando montando bici le cuento a Felipe (Branagan) lo maravilloso que era el Estudio Ana María, pone esa cara de incrédulo que mete miedo. Ojalá pudiera encontrar una fotografía original para probarle que no miento. Ojalá.

Ver también GG: versatilidad estilística en PeNéLopE