jueves, 20 de noviembre de 2008

9biasd y3. Un gran premio



Al talento de Holger Escoto Frías... hermano del alma.

La 9BIASD es lo que es: una fiesta de arquitectura. Y lo seguirá siendo. El invento, la osadía o el atrevimiento de Omar Rancier y Emilio Brea -con Nuevarquitectura- de hacer una Bienal de Arquitectura es una de esas ocurrencias que sin uno darse cuenta cambia el curso de una cultura profesional. Omar y Emilio son el origen y la credibilidad de las bienales de arquitectura. Cualquiera diría que soñaban con "pajaritos preñados". 

En la 9BIASD la participación de proyectos profesionales y de grado es masiva, y el nivel de dedicación y esfuerzo de las confrontaciones, notable. De un modo u otro la bienal es un panorama y muestra el interés que la gente se está tomando con la arquitectura. Llevar la exhibición "de Gaudí a Calatrava" al Parque Independencia es un indicio de la importancia que tiene para los organizadores ponerla en contacto con la población o acercase a ella.

En lo que sí debe tener cuidado una bienal es que cuando elige un tema, por lo menos debe llevarse a cabo una exhibición alrededor de ello. “Hacia una Arquitectura Verde” puede ser muy hermoso y aspiracional, pero si la competencia va por el lado opuesto y nada alude a ello, queda en un profundo vacío. Lo confirma la falta de premios en ese renglón. Incluso algunos proyectos son desconcertantes. Pero eso parece inevitable.

En la 9BIASD se respira un espíritu joven que debería conectar mejor con la realidad y sacar a flote lo más valioso del contexto caribeño. Más contenido. La calidad de la arquitectura que debe presentarse en la Bienal es algo que a esta altura todavía resulta difícil asegurar, pero la capacidad de convocatoria e ilusión que crea sí que es significativa. Y siempre hay que garantizar un jurado imparcial, creíble y responsable. 

Cualquiera podría tener alguna objeción o reserva a uno que otro premio o mención. Pero un jurado tiene que enviar un mensaje de reconocimiento y estímulo al desarrollo de una cultura arquitectónica y ahora, más que nunca, lo ha hecho así. Ha distinguido a lo que considera más profesional y de mejor nivel. Aunque siempre se infiltra uno que otro. Eso también es verdad. Ahora, en lo que no puede equivocarse un jurado es en el Gran Premio Bienal sin correr el riesgo de desprestigiar la competencia.

El Gran Premio es a fin de cuentas el mensaje de más repercusión. Ningún premio ha causado un entusiasmo y estallido de alegría tan grande como el del "Centro Cultural Cofradía Espíritu Santo de los Congos de Villa Mella" de Juan Mubarak y Mauricia Domínguez. Ninguno. 

En mi primera visita a la exhibición hice un recorrido completo y disfruté de algunos proyectos y de varios trabajos de grado, pero cuando llegué al de Juan y Mauricia se me puso la carne de gallina. Pensé en lo que dijo José Saramago, presidente del jurado, cuando galardonó a Delirio de Laura Restrepo -Premio Alfaguara 2004- “...hay que quitarse el sombrero”. Es lo mejor que he visto en mucho tiempo, y marca un punto de inflexión hacia la búsqueda de una arquitectura con bagaje cultural e intelectual. Con el Gran Premio mi alegría se trasforma en euforia.

La arquitectura que se haga en el futuro debe tener una conexión real y efectiva con las aspiraciones dominicanas y entroncar con los sueños y anhelos de la sociedad. Me quedo con la denuncia y el reto que lanzó Lourdes (Camilo de Cuello) en su discurso inaugural: "Sigue habiendo “promiscuidad en el humilde aposento campesino” y ella se ha extendido a la periferia enorme de nuestras ciudades principales, donde a veces no se come ni siquiera por las noches, sin que a nadie se le hayan cortado los párpados por tanta iniquidad que compartimos." y concluye con su llamado: “Es tarea de arquitectos; no se hagan esperar”.

Si una bienal, como dicen, debe ser una fiesta, la 9BIASD lo ha logrado.  Y sólo eso es ya un gran premio.

Gran Premio Bienal (Mubarak y Domínguez)

Ver en PeNéLopE Los Premios de la Bienal

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Las bienales son como una competencia en cualquier actividad, por consiguiente alguien debe ganar. Participar requiere de un gran esfuerzo y hay que respetar y estimular a los participantes. No se de las bases y prerequisitos del gran premio, pero un jurado debe tomar buenas decisiones en ese sentido, para difundir nuestra arquitectura a otros niveles.
fb

Esteban Gonzalez dijo...

La bienal ha sido un éxito. Eso dicen, eso parece. Muchas Felicidades a los organizadores y muchas más a los ganadores y participantes. La pena eterna que veo es que en una bienal donde el lema del cartel dice “Hacia una arquitectura Verde”, el premio a esa categoría sea declarada desierta. Creo que es un error de todos no poder inculcar o plantear iniciativas, tanto a nivel educativo como a nivel profesional, sobre el beneficio que recibimos todos, haciendo una arquitectura “Verde” (sabiendo que muchos profesionales hacen la reflexión sobre este tema). No obstante, es bueno saber que una arquitectura verde no es la que simplemente busque y use diferentes alternativas energéticas que casi siempre llegan ser un gasto más al proyecto en relación a la implementación de sistemas de colectores de energía solar, o simplemente buscando una mejor inercia térmica en el proyecto; cuando en la historia, todos los proyectos que muchos tomamos como referencia son planteados con criterios de ventilación, iluminación, inercia y ahorro energético, me refiero los casos de Le Corbusier, de Alvar Aalto, lois Kahn, por mencionar algunos de los grandes referentes.

Creo que es bueno hacer la reflexión de cómo lograr hacer más proyectos comprometidos con el medio ambiente o simplemente tomar las iniciativas sobre este tema. Creo que nuestro país es un buen lugar de experimentación sobre este tema, y simplemente con unos buenos planteamientos, ideas, iniciativas y educación, se puede lograr un buen discurso apoyado de buenas obras como las que han sido galardonadas en esta bienal.

Muchas felicidades.
Esteban