lunes, 13 de octubre de 2008

Farmacia Lincoln, modelo live/work

Por lo regular cuando se habla de arquitectura es casi siempre sobre edificios importantes o de cierto relieve. Con frecuencia obras modestas quedan ignoradas y se pierde la oportunidad de aprender o valorar su significación tanto en el tiempo como en la ciudad.

Me doy cuenta que poca gente repara en la Farmacia Lincoln. Cuando Rafael Calventi (La Vega, 1932) la proyectó en 1968, la avenida Lincoln, en Santo Domingo, era otra cosa. De algún modo sus propietarios pensaron que era buen sitio para construir su casa y seguir con su farmacia a cuesta. Los esposos De Soto venían de la avenida Bolívar, donde vivían y gestionaban su Farmacia Bolívar. Así que esa asociación de farmacia y calle, como marca, la mantuvieron viva. También su estilo de vida.

Lo que hizo Rafael fue preservar esa tradición familiar y explorar una tipología, que como la de vivienda/trabajo -live/work- el desborde de la ciudad ya la había arrasado. Lo hizo de manera brillante con una arquitectura modesta, común y corriente. Mas bien doméstica.

El término live/work describe a las unidades de uso mixto (mixed-use) destinadas principalmente a vivienda pero con local o piso dedicado a trabajo; en contacto con los usuarios pero sin ser invadida la privacidad familiar por clientes o empleados. La tipología abarata el costo de la vivienda dado que el mayor valor del lote lo absorbe el comercio.

El Caribe está lleno de magníficos ejemplos tipológicos que enriquecen notablemente la calidad de vida de personas y comunidades. El país es rico en modelos propios con zaguanes o callejones. De La Vega todavía recuerdo, en diagonal al Parque de las Flores, el colmado/vivienda de los Domínguez (mi tío Rogelio y tía Cancán) y la tienda/vivienda de Bolívar Berrido. Los Matos, los Batista, los Isaac y los Teruel vivían en los altos de sus negocios. Estas y decenas de unidades similares mantienen la habitabilidad del centro y la amistad y solidaridad entre los vecinos. Quien piense que es nostalgia, se equivoca; se trata de un recurso para aprender de modelos y ejemplos valiosos. La Farmacia Lincoln es un buen exponente.

La residencia de los De Soto es completamente independiente a la farmacia adyacente, y el matrimonio, ya de envejecientes, aún la gestiona y se relaciona con clientes y vecinos. El edificio se distingue por su sencillez y es parte de esas exploraciones mediterráneas que hizo Rafael en su momento. Pero ojo, es de una arquitectura potente. La residencia tiene un “gran espacio público social”, con bóvedas catalanas, de extraordinaria belleza y proporciones.

El modelo live/work puede ser un arreglo que juegue su papel en el desarrollo de comunidades sostenibles (o sustentables) al reducir la necesidad de transportación y animar el desarrollo de pequeños negocios que mejoren la calidad de vida y la habitabilidad de la calle. Incluso en comunidades turísticas la mezcla siempre aporta y enriquece.

Las ciudades y pueblos dominicanos deberían enfocarse en estimular el desarrollo de vecindarios apropiados y de proyectar e imaginar lo que podría ser el futuro de lo construido.

Cuando voy a la Farmacia Lincoln (o paso en bici) valoro el deseo de los De Soto y la interpretación que hizo Rafael Calventi de sus aspiraciones. De eso se trata esta historia, de hablar de arquitectura con un ejemplo modesto, pero hecho con fundamento. Y aprender de ello.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Que humana es esa arquitectura pasada, simple, a diferencia de hoy que a todo se le quiere aplicar una creatividad excesiva que a veces raya en el mal gusto.
fb.

Anónimo dijo...

En casa, que esta construida sobre un "zocalo" comercial, puedo ver claramente la diferencia. Cuando bajo siempre hay gente, pero en la zona de la misma calle donde se han construido los nuevos condominios de parqueo y verja en primer piso, la hostidad es tal que no se anima uno ni a pasear el perro...

Ja'el.

Anónimo dijo...

Mi abuelo materno tenia una muy peculiar ebanistería en su casa de Pimentel, hacía ataudes...
Era el terror de todos nosotros y de las pequeñas, que no obstante jugábamos a las escondidas metiéndonos en las cajas, mira que vaina...
Aún así cuando se aproximaba la noche, empezaba el miedo, no había luz, las "jumiadoras" flameaban las sombras y todo se movía o parecía moverse.
No se si eso era esto que explicas en ingles de casa trabajo o el trabajo en casa, lo cierto es que aquella casa de madera, situada en la esquina de las cinco calles, en aquel Pimentel de antaño, se quedó en mi recuerdo como algo de una nostalgia sombría, en medio de la noche larga de mis memorias, que al leerte, se apesadumbra de ensueños y pesadillas infantes...
Emilio Brea

Anónimo dijo...

Ahora que la releo...es que me la encuentro mejor...!
La visión de estos espacios de trabajo y vivienda, tan recurrente en nuestros pueblos se ha ido perdiendo... Leyendo lo de la Farmacia Lincoln,
hace que uno realmente valore estas intervenciones.
JM

Anónimo dijo...

Plácido, toda la Avenida Mella está llena de este tipo de construcciones. Negocio abajo y vivienda arriba, todos los árabes prósperos hacían su negocio abajo y la casa arriba, era el signo de prosperidad.
HH

Pedro Genaro dijo...

Fantástico ejemplo, la verdad es que he pasado infinidad de veces por ahí y no había reparado en esa dualidad live/work.