lunes, 6 de octubre de 2008

Leyendo a la Torre Sonora

La Torre Sonora está prácticamente lista. Camino a casa la he visto crecer y hace un tiempo Felipe y yo pasamos en bici más de una vez, así que de algún modo ha estado en ruta con varias lecturas.

A cualquiera que pase por la avenida Abrahan Lincoln sería extraño que se le escape la silueta de 16 pisos de la Torre Sonora. A la mayoría le llama la atención su presencia esbelta y su propia composición, por lo que ya ha provocado muchas reacciones. También algunas enseñanzas.

Lo que me atrae es su conducta urbana. La ocupación del suelo. Eso que llaman "huella" -foot print- y que no es otra cosa que su propio tamaño con el que llena el solar. La primera planta comercial cubre toda el área construible y luego se reduce con el retranqueo de los siguientes pisos de oficinas, para seguir con pisos de apartamentos de mucho menor tamaño. Esa reducción significativa de la huella acentúa su esbeltez y libera su figura.

Tiene lo que siempre creo es un valor en la construcción de la ciudad y es la mezcla de funciones: comercio, oficina y vivienda. Las nuevas torres han estado abandonando esa noción. A la normativa del "polígono central" parece le faltó imaginar una idea de ciudad y, por tanto, no estimula la compatibilidad del ocio, el trabajo y la vivienda en un mismo lote. Anula la oportunidad de tener las facilidades de la vida cotidiana al alcance del peatón. La consecuencia es que ahora se camina frente a estacionamientos continuos en la planta baja de los edificios y eso afecta seriamente la habitabilidad de la calle -contrario a La Habana o a Buenos Aires- y provoca una hostilidad peligrosa. La Torre Sonora planta cara en otra dirección.

Cuando leo este edificio valoro la mezcla de funciones que enriquece la dinámica de la calle y acentúa la esquina. Parece que los locales de oficinas tuvieron una acogida mayor de lo esperado y sus desarrolladores decidieron aumentar la oferta, pero lo curioso e inteligente es que lo hicieran sin alterar la fisonomía, por lo que los pisos 8 y 9 mantienen esa forma dinámica que tienen los  apartamentos, aunque su uso sea distinto. Esto trae a colación la cuestión de hasta dónde hay una imagen clara para vivienda y otra para oficina, en lo que el reciente edificio 40 Bond de Herzog & De Meuron en NYC es tema de controversia.

La Torre Sonora está casi a punto de ser ocupada y aunque tengo mis reservas a ciertas soluciones, reconozco que desde ya atrae por la articulación moderna a la que apunta su propia geometría y el tratamiento de sus fachadas.

En un momento en que buena parte de los nuevos edificios de apartamentos parecen cortados por la misma tijera, la Torre Sonora es un respiro. José Daniel Romero, su arquitecto, ha dado una lección de la forma en que se puede ocupar la ciudad en beneficio de ella misma. Y eso sí que me gusta. Con ella, José Daniel consolida una presencia. Ahora no sólo se le identificará como el arquitecto de la galardonada "Casa de las Piedras" de Jarabacoa (mención de honor -diseño arquitectónico- VIII BIASD y 3er lugar -edificación sustentable- XVI Premio Cemex), sino también por su "torre ejecutiva". Lo aplaudo.
planta abierta (8 y 9)
¡ADVERTENCIA! Acabo de notar que la ampliación de la acera establecida por la normativa se está construyendo de forma que permita el estacionamiento en ella. Eso sería grave. El Departamento de Defensoría y Usos de Espacio Público del ADN debería evitar la apropiación del espacio ciudadano.

7 comentarios:

Marcos Barinas Uribe dijo...

La torre Sonora, la veo desde mi oficina. Y pienso que tiene los buenos componentes que hacen buena arquitectura de ciudad, menos uno. . . el estar en esta ciudad, donde las normativas son tan fragiles, etereas, acomodadas. Creo en lo que me decia un profesor de planificacion, "las normativas deben ser tiranicas, porque son para los arquitectos malos no para los buenos"..
Pero algo esta ocurriendo en la Lincoln que se esta convirtiendo en una especie de Paseo de Gracia criollo con tanta buena arquitectura. Puedo contar nueve buenas propuestas en menos de tres kilometros. Eso es un average alto.

Yanire dijo...

José Daniel, Felicidades me siento muy orgullosa de ti...Yanire

Anónimo dijo...

Muy acertado tu comentario Placido sobre torre Sonora me parece tal cual has dicho, y felicito a jose daniel por esto!!!
Asi me gusta, que se haga arquitectura con criterio lo demas ses cuento!
sonya

Anónimo dijo...

Jose Daniel, muchas felicidades el buen profesional recoge frutos y es el momento de la recolecta, que excelente herencia le esta aguardando a tus hijos (el prepararse para el futuro y que mejor seguir el ejemplo de su padre. Todos los que te rodeamos nos sentimos muy orgullos por tus exitos. Sigue adelante que vendran muchos exitos. Belkia

Anónimo dijo...

Observando la perspectiva del edificio seria terrible el asunto del estacionamiento en las aceras en esa esquina de por si caotica, estoy de acuerdo con Placido en ese sentido, por lo demas muy bien....

Anónimo dijo...

A la Sonora se la topa uno siempre.
Cuando regreso de Arroyo Hondo a "la ciudad" casi siempre me toca semaforo en rojo y puedo disfrutarla.
Jose Daniel es uno de esos diseñadores de impresionante talento natural. Siempre me deja sorprendido con sus elucubraciones compositivas y su deleite con los detalles. Con una riqueza adicional, y es que NO SE PARECE A NADIE.
Me consta que los estacionamientos en retroceso se estan haciendo a pesar de su oposicion.

Me uno al saludo a la Sonora, devolviendole el que ella le hace a uno cuando "entra en la ciudad".

Ja'el.

Tulio Mateo dijo...

La composición de la Torre Sonora es atractiva. Su garbo es delicado pero con personalidad. Pero no me atrevo a decir que no se parece a nada. Creo que este tipo de composición es común dentro de un círculo de arquitectos en RD.

Respecto al uso, el nivel socio-económico de los usuarios de estas torres y la cultura mutada no es compatible con la “vida cotidiana al alcance del peatón”. Considero que la conciencia sobre esto se perdió en la traducción.

Por lo que dice Marcos Barinas, el que la torre esté en SD –ciudad de normativas frágiles– no afecta los elementos propios de la torre. Esa sería una condición de la ciudad.