lunes, 15 de septiembre de 2008

La Suprema en segunda

El Centro de los Héroes en Santo Domingo fue planeado más como distrito administrativo que como recinto ferial (1955). Su organización espacial se basa en un eje hacia el mar con una fuente en el centro, en lo que pudo ser una plaza cívica. En el Congreso y el Ayuntamiento se concentra todo el simbolismo de poder y hegemonía. Detrás, en segunda línea, todos fueron edificios bajos o para usos sin trascendencia pública.

Los dos “palacios”, el Congreso y el Ayuntamiento, los diseñó Guillermo González (1900-1970), el arquitecto estandarte y autor del plan maestro. Eso trae a colación el tema (Speer-Hitler) que busca explicación a la pregunta “¿Por qué los mejores arquitectos construyen para los peores regímenes?” y que a propósito de los recientes juegos olímpicos de Beijing, Luis Fernández Galiano explora en su artículo “La arquitectura en los Juegos Olímpicos” (El País, 05.08.08). En "La Arquitectura del Poder" (Ariel, 2007), Deyan Sudjic hace unas polémicas interpretaciones que ilustran las relaciones entre los arquitectos y los poderosos durante el siglo veinte.

Los pabellones menores y los efímeros, se asignaron a arquitectos muy jóvenes, y es justo ahí donde se manifiestan los esfuerzos más notorios de búsqueda y originalidad. Los que tenían más frescor.

A tono con la ideología de un régimen tiránico, la Suprema Corte de Justicia fue puesta en segunda línea y colocada detrás del Congreso para que se perdiera en su discreción. Escondida para que nadie encontrara a la justicia o pensara en ella.

Como la Suprema era de segunda, se le asignó a un ingeniero, a Alejandro Martínez, para salir del paso. Pero don Alejandro, que era muy responsable, buscó ayuda para resolver del problema y es cuando entra en escena, discretamente, Cuqui Batista (Santiago, 1925).

A esta Suprema casi nadie la recuerda y apenas aparece en algún registro. Todavía busco una explicación razonable a la fascinación que desde hace tanto tiempo me provoca este edifico. Quizás ni me hace falta buscarla. En estos días le di como tres vueltas, en bici y con Felipe, analizando y tratando de entenderlo. Todavía persisto en ello.

Es un volumen de tres pisos que cubre casi toda la manzana con unos taludes en césped que lo ajusta a las aceras. Para proveer sombra a este cuerpo se le agrega una máscara, o nueva piel, en forma de seudo peristilo, con una sugerente inflexión hacia el centro, apenas perceptible. Esto le cambia la escala y lo convierte en un edificio monumental de un sólo piso con una serie de muros láminas y cuatro esquineros, todo en travertino. La escultura de Prats Ventós (Antonio), en la entrada principal, resalta esa monumentalidad de sencilla nobleza y es la única que en todo el recinto preside a un edifico.

Lo curioso es que en la fachada principal y en la posterior la modulación del peristilo no coincide con la estructura del edificio. Incluso cambia en el vano central de la entrada. Como si uno fuera hecho sin pensar en lo otro, pero con el propósito de lograr espacios impares. La Suprema tiene sus trucos.

Lo que más llama la atención es la habilidad para hacer un edifico abstracto y moderno con una alusión a lo clásico o a lo neoclásico, pero que además tenga un cierto aire fascista.

Aunque a la Suprema la relegaran a ser de segunda, Cuqui Batista hizo un trabajo meritorio. Un edificio que quizás sólo a mí me cautive y para lo que no hay explicación alguna. Pero sigo buscándola.

5 comentarios:

Marcos Barinas Uribe dijo...

Don Cuqui. . . . "he's so hot right now". . .

Anónimo dijo...

Plácido, conservo en mi biblioteca como un tesoro el Album oficial del dia de su inaguración: 26 de febrero de 1959. Mi abuelo era el Presidente de la Suprema Corte y Presidente del Comite Organizador de los actos inagurales. El Album es parte de lo que fuera su biblioteca.
El edificio tiene en su interior, en el vetíbulo de la escalera central un gran mural de Vela Zanetti. En la sala de audiencias de la Suprema Corte tiene un mural de esculturas y pinturas tambien de Vela Zanetti.
De acuerdo con el señor Mario Abréu, Secretario de Justicia a la sazón, el costo de este edificio ("construido, decorado y amueblado") fue de RD$1,516,947.00, lo que hoy cuestan 300 metros de hormigon, o unos 400 mts 2 de mármol (no del mejor y sin instalación).
Todo el mobiliario (salvo las sillas del salon de audiencias de la Suprema, que son Pullman tipo cine) es de fabricación local de caoba centenaria dominicana. Este mobiliario aún se conserva gran parte, y es una joya.
Te mando algunas fotos del acto inagural.
Cuino

Anónimo dijo...

Creíamos que la trama urbana de la feria era de José Antonio Caro Alvarez y siempre nos dio que pensar en esos días donde hicimos 6 de los edificios principales de la feria para PP Bonilla que le fueron quitados y dados a Guillermo quien ya he dicho me pregunto por las dimensiones de la sala de fiestas del ayuntamiento y de ahí se incorporo a nosotros el criterio protocolo de uso que luego nos ha servido en nuestro proceso de diseño la búsqueda conviene el edificio Suprema en segunda tal cual el caso griego no tienen relación las placas con la caja de planta es una simple envolvente intervenida por don Humberto Ruiz Castillo como ingeniero de la Presidencia de la República.
cuquibatista@hotmail.com

Anónimo dijo...

Pero si la encontraste Pla, esta allí, oculta a la ostentación, discretamente encantada de volumetrías, solo de eso, atestiguando circunstancias del momento, perecedero, como todo, sin que hubiera necesidad de trasponerle su mensaje subliminal de ciega aplicación administrativa de una injusticia, que -meticulosa- sigue esperando sentencias improbables...
Emilio Brea

Sarrouche dijo...

Me ha encantado esta entrada. Y ademas puedo conservar la parte del aprendizaje histórico del edificio. Siempre gracias tío.