lunes, 1 de septiembre de 2008

Pasión por Gazcue

El 18 de noviembre de 1996, Clara Leyla Alfonso pronunció unas palabras en la apertura de la heladería Baskin Robbins de Gazcue. Buscando información sobre "El Mercadito" de Nani Reyes, encontré su texto sorprendente en el que revela una verdadera pasión por Gazcue. Lo comparto.
En 1900, lo que hoy se conoce como Gazcue era una zona de estancias y haciendas.

Desde la Puerta del Conde partían, hacia el Norte, el Camino de Santa Ana, y hacia el Sur, el Camino a Güibia, que con el tiempo se convertirían en las hoy avenidas Bolívar e Independencia,

Gazcue, al norte de la Avenida Bolívar, sobre la línea del antiguo camino de Santa Ana, fue desarrollado entre 1910 y 1920 por Pedro A. Lluberes, propietario de la estancia de Gazcue y las haciendas La Generala, Mis Amores y La Aguedita.

El plan de desarrollo, encargado al ingeniero Arístides García Mella, era básicamente de manzanas 100 por 100 metros, ortogonales a la avenida Bolívar, con solares de 25 por 50 metros y uso exclusivamente habitacional unifamiliar.

Altagracia de Thomén, nieta de Pedro A. Lluberes puntualizaría en 1987 que “mi abuelo comenzó la urbanización de esos terrenos imitando lo que había visto en Santurce, Puerto Rico, a donde iba todos los años a los baños termales de Coamo... Se exigía que las personas construyeran casas aisladas y dejando un jardín cuyas dimensiones también se estipulaban, no se debían construir casas contiguas como en la parte colonial o en Ciudad Nueva, y no se destinó ninguna porción para parque porque se entendía que toda la urbanización serían un gran jardín...

Entre 1920 y 1930 Enrique Henríquez desarrolló su hacienda La Primavera, limitada por la avenida Bolívar y la avenida Independencia, y por la Socorro Sánchez y la Danae. Datos de la época indican que en la urbanización de las tierras de La Primavera se construyeron por primera vez contenes, cunetas y aceras, dejando fajas de terreno para grama y arbolado...

Sobre esta parte de Gazcue aporta la nieta de Lluberes lo siguiente: Al sur de la avenida Bolívar... estaban las tierras de Don Enrique Henríquez, llamadas La Primavera. Al ver Don Enrique que mi abuelo tenía éxito en parcelar sus tierras, quiso hacer lo mismo y también busco a Don Arístides García Mella. Como Don Enrique y mi abuelo tenían diferencias políticas, él encargó a Don Arístides urbanizar su porción de manera que mis calles no coincidan con las de Pedrito. Esa es la razón por la que las calles que van de Sur a Norte desde la Independencia a la Bolívar no coinciden con las van desde la Bolívar hacia el Norte.

La discontinuidad de sus calles transversales, ha guiado a la avenida Bolívar hacia una vocación comercial al pasar de vía de borde de cada barrio originario, a vía de convergencia o confluencia de ambas zonas que tienen entre sí una coherencia urbana meritoria.

Así se construyó el Gran Gazcue que conocemos hoy, limitado por la 30 de Marzo, la avenida Francia, la avenida Máximo Gómez y la avenida Independencia hasta el parque Independencia, y comprende al propio Gazcue, que incluye la Plaza de la Cultura y la Aguedita, al Ensanche Lugo, a La Primavera y al Ensanche Independencia.

Y toda esta zona de la ciudad de Santo Domingo, histórica, modelo urbano, romántica, bella y atesorable, ha caído desde hace ya unos años, más de lo que uno quisiera, en un cierto estado de dejadez y abandono, corriendo el grave peligro de ver desaparecer esencialmente, su preciado legado arquitectónico y urbano, su flora y sus calles arboladas.

Al final de los 80, un grupo de residentes preocupado por el curso que tomaba la zona, lanzó el Movimiento Pro Conservación de Gazcue, logrando levantar en la opinión pública la conciencia de que algo precioso se nos escurría entre la manos, sin que apenas nos diéramos cuenta. Fue un toque de trompeta: la indiferencia debía ser sustituida por la acción y el compromiso. Gazcue debía, tenía que ser rescatado, preservado, vuelto a la vida.

Del 87 a la fecha la acción de este movimiento no ha cesado, aún con sus altas y sus bajas. El poder de convocatoria de Jochi y de Marcelle logró la adhesión de mucha gente sensible dentro y fuera de Gazcue.

Logró, sobre todo, el respaldo de quienes podríamos llamar gazcuenses tradicionales e históricos, algunas y algunos que nunca lo abandonaron físicamente, y otras y otros tantos que siempre han mantenido el lazo afectivo y emocional, su corazón en Gazcue, y que no dudaron ni dudan en levantar sus voces y sus brazos en favor de la supervivencia de su barriada de siempre.

En realidad una larga lista de nombres podría ser insertada aquí; permítanme mencionar sólo algunos sin menoscabo de los que no nombro: Clara Tejera de Reid, María Ugarte, Kanky Despradel, Antonio Thomén, Gustavo Moré, Hamlet Hermann, Thimo Pimentel, Wenceslao Troncoso, María Consuelo de Pérez Bernal, Emilio Brea, Wenceslao Vega...

Creo que los frutos de este movimiento son apreciables. Desde hace unos pocos años antiguos residentes han vuelto a sus casas, se han levantado nuevos edificios y en general, se ha reanimado la actividad comercial de la zona. De barrio netamente residencial, Gazcue se ha ido transformando, al acoger oficinas profesionales, pequeños hoteles y negocios y se aproxima a potencializarse como un modelo real, vivo y dinámico del vecindario tradicional donde la vivienda y el comercio, la cultura y la diversión armonizan en un mismo entorno. Las propiedades recobran valor y nuevos vecinos y empresas vienen a Gazcue.

Y aquí llega Baskin Robbins cautivado por la magia de Gazcue; por la atracción que ejerce el lugar y el orgullo que muestra la gente por su vecindario tradicional. Desde hoy Baskin Robbins es parte de la vida y la tradición de Gazcue.

Este mismo edificio fue vanguardia cuando se levantó a finales de los 50 y aquí mismo se instaló "El Mercadito" el primer supermercado de la zona. Y esta historia nos impulsó a instalar nuestra heladería mas bella, hecha con todo el esmero, con el cuidado que merece Gazcue y sus gentes y con la intención de recuperar la idea de la heladería como lugar de encuentro, de entretenimiento y de placer. Es nuestro compromiso con el futuro de Gazcue

Por eso estamos hoy en el corazón y con el corazón de Gazcue... ese lugar que nos habla de paseos tranquilos en calles arboladas, de atardeceres rojos en casas solariegas, del olor de la lluvia al llegar cada Otoño... cigarrones y almiras brotando en cada patio.

Gazcue es un lugar atesorable... un lugar de magia . A esa magia se asocia hoy Baskin Robbins.

Gracias.


Clara Leyla Alfonso

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